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FÓRMULA UNO
MÚSCULO FINANCIERO
C O L A B O R A C I O N E S E S P E C I A L E S
TEXAS
EL PODER DE ARAMCO
Número uno del mundo
Empresa petrolera que llega a la Fórmula 1 cual un patrocinador con vista a lo lejos. Sus inversiones quieren la atención de los millones de aficionados que siguen con pasión las carreras de autos
México. 27 de marzo de 2022. Jonathan Ruiz Torre. TOP F Rover Editor Regresen al 10 de marzo de 2020: Aramco, la compañía integrada de petróleo y gas más grande del mundo, anunció hoy un patrocinio global a largo plazo con la Fórmula 1, conectando a la compañía con una audiencia mundial de 500 millones de fanáticos de las carreras.
Este acuerdo marca el primer patrocinio global de la compañía en un evento deportivo importante”, así lo comunicó la empresa dirigida por Amin Hassan Nasser.
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El anuncio coincidía con el súbito encierro de todos, al inicio de la pandemia de una dimensión que nadie entendía, cuyo confinamiento vació los estadios, las gradas. La Fórmula 1 se dirigía a un posible fracaso.
Aramco sacó la billetera para salvar la competencia.
Dicen que firmó por unos 500 millones de dólares, repartidos en 10 años.
En una evidencia de la anticipación en los negocios por parte de esta empresa árabe, el comunicado sentenció desde el emblemático año de 2020 que nos volcó hacia los smartphones: “Las plataformas y transmisiones digitales integradas de F1, también contarán con Aramco”.
Es marzo, ahora, pero de 2022.
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Parte de las instalaciones de la petrolera en su país de origen, estallaron en un incendio provocado por terroristas.
¿Habría de cancelar la FIA el Gran Premio que se escenificaría en Yeda?
¿Acaso alguien, entiende hoy el daño que eso representaría para esta marca patrocinadora?
Señor piloto, usted se traga sus miedos y se va a correr.
El Show debe continuar y con el perdón que me merece, usted no es un científico creando una vacuna, su trabajo es entretener: ¡A la pista!
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Lo ocurrido durante la medianoche de este viernes 25 de marzo, y el resultado de ese posible berrinche infructuoso de los pilotos, revela que esto no es solamente una carrera de coches.
Es una pura exhibición de capitalismo «smithsoniano».
Vean lo que ocurre en la tierra de Sam Houston en estos días: sobre Dallas Street está el club y a una cuadra de ahí, en la esquina de Smith y Polk, se ubican las oficinas de Aramco Services Company.
La referencia es al Petroleum Club of Houston, una organización fundada en 1946 que recibe solo a los mejores: “Where Houston’s Finest Meet”, reza su eslogan.
Los árabes han tomado al toro por los largos cuernos, al punto tal que la competencia texana de Austin no incluye los nombres de ExxonMobil o de Chevron.
No. La nombraron: Formula 1 Aramco United States Grand Prix 2022. Han ganado el mejor lugar en el mejor barrio.
Si alguien quería contradecir los deseos de Amin Nassan Hasser, debió intentarlo cuando el petróleo estaba a 20 dólares.
Este viernes, el Brent cotizaba 100 dólares más arriba y con ello, la gasolina, que como en pocos años, afila las tarjetas bancarias de todos.
Mil millones de dólares invierte desde este año Aramco –sólamente– en modernizar una red de gasolineras en el Reino de Arabia Saudita, cuyo rey Salmán bin Abdulaziz y su descendencia, poseen el 94 por ciento de las acciones de la petrolera.
Mil millones de dólares es menos del 1 por ciento de lo que tiene Aramco en caja. Su Free Cash Flow cerró el 2021 en 107 mil millones de dólares.
¿Cuánto quieren por arrancar cada año en Yeda?
¿50 millones de dólares anuales?
¡Bah! Debe ser menos que lo que costó su Aramco Room en el club texano mencionado, en donde caben unas 100 personas.
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“El Petroleum Club of Houston culmina las vastas oportunidades para un crecimiento sólido. Ya sea por las intenciones de ascender a través de la creación de redes; para una sólida hospitalidad de negocios; para la vinculación familiar; para el crecimiento profesional de los jóvenes; o, para una socialización entretenida, nuestro agradable y acogedor Club le dará energía a su vida”, promete la asociación de Houston.
Ahí, Amin Nassan Hasser puede recibir a su socio de Blackrock, Larry Fink, gigante financiero al que le concedieron el “honor” de poseer 0.03 por ciento de la compañía.
–¿Quieren ustedes, conductores, estropear la carrera del domingo golpeando mi nombre?
–Con todo respeto, vayan a dar vueltas.