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Fórmula 1
NOTAS ESPECIALES (2)
En «el parón» veraniego
EL LLAMADO «ALMIRANTE»
N E L S O N
Piquet y su odisea
Otra parte de la mini-serie de notas encerradas bajo el título: La Sangre Llama. Tienen que ver con los parientes y los parentescos dentro de la historia de la Fórmula 1
renco press. Panamá. 15 de agosto de 2022. Ángelo della Corsa. Qué mejor inicio para tratar algo sobre las particularidades de las herencias, los legados y los receptores de tales obsequios que, diciendo algo de los beneficiarios de estos preciados bienes. Lo que ha sido más normal que pasó siempre como la concesión de un padre, a un hijo.
Raro sería que se tratara, en cambio, que la agraciada fuese una hija. Y las razones para que así no haya sido, no son en realidad de la incumbencia de esta conversación.
De manera que lo mejor es entrar en materia hablando de El Brasil. Gigante de América Latina. País que junto a Cuba, es de los que más han producido deportistas prodigiosos. Muchos de ellos “amadores” que son los protagonistas de cualquier disciplina que dejaron sus huellas en Las Olimpiadas.
Otros, los profesionales, entre los cuales el más connotado pueda ser por siempre, Pelé, el gran futbolista de El Santos y de la selección canaria, tantas veces la mejor del mundo.
Desde luego que nuestro campo de interés se centra en la Fórmula 1, la expresión más exquisita de las competiciones a bordo de automóviles.
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Así las cosas, destacar que ha habido hasta 32 pilotos brasileños reconocidos oficialmente por la FIA en la categoría reina: empezando por Chico Landi quien jugó carreras entre 1951 y 1956 habiendo manejado autos de Maserati y de Ferrari, hasta en seis Grandes Premios.
Luego viene, debido a la importancia que tuvo y a su desaparición súbita –muerto en una avioneta– José Carlos Pace que corrió desde 1972 hasta 1977.
Años antes, se había registrado Emerson Fittipaldi el campeón de los años de 1972 y 1974; también mencionando –de paso– a su hermano Wilson; así como a sus hijos y luego a los nietos.
Pero sobre todos ellos, “El Bienamado” Ayrrton Senna que estuvo presente en diez temporadas, habiéndose coronado en 1988, 1990 y 1991. Con aquel tan triste final en Ímola, en 1994.
Así las cosas, dejado para mencionar aparte al carioca Nelson Piquet Souto Maior nacido el 17 de agosto de 1952 en Río de Janeiro (y por eso, carioca).
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Llamado en corto, Nelson Piquet, el monarca mundial de los años de 1981, 1983 y 1987.
Él, corrió 106 GP con Brabham; 32 con Benetton; 31 con Lotus y con Williams; 3 con McLaren, y uno más con Ensign. Para reunir un gran total de 204 largadas.
RARA AVIS
Nelson siempre se las averiguó para tener gran importancia.
Primero que nada, porque era muy rápido al volante. Pero asimismo, por la fama que se hizo como rompedor de corazones de las mujeres bonitas y muy en especial, debido a su temperamento; la boca tan floja para soltar cualquier barbaridad en el lugar y en el momento más inoportuno.
Liarse a golpes en una carrera. Y no hacer distinciones, nunca, con quien hablara: ofendiendo sin querer, o queriendo, a muchas conciencias.
La más reciente metida de pata ha sido al referirse a Lewis Hamilton de una manera tal, que se ha calificado como racista. Le costó, por lo pronto, la prohibición para que se pare por los Paddocks de La Carpa.
Piquet tiene, asimismo, vela en el entierro cuando se trata del linaje deportivo de una estrella.
Aunque él fue hijo de un político; también, ha sido padre de dos corredores. De Nelsinho, que llegó a la F1 y se fue esfumando a partir de aquel sonado “Affair en Singapur” o “Crash-Gate” por el año de 2008.
Con otro de sus vástagos que es Pedro, quien hasta hace dos años, competía en la F2.
Aparte de todo, lo singular en la singladura de «El Almirante» ha sido la importancia que ha cobrado su hija: Kelly.
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DIOSA DEL PITLANE
Cuando Kelly Piquet pasa, todos se admiran. Porque se adivina su majestad.
Las cualidades de la brasileña son muchas, siendo apenas su belleza un medio, más que una finalidad para ella.
Tiene una preparación escolar suficiente, obtenida en el MaryMount Manhattan College. Su campo de estudios fue lo de la política y la economía; si bien, en paralelo se interesaba en la moda y en la industria del glamour.
Nació el 7 de diciembre de 1988 en Homburgo, Alemania. Y su titulo profesional dice que es: publicista.
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Igual que su madre, la holandesa Sylvia Tamsma: Kelly, lo mismo, ha sido modelo; apareciendo en muchas portadas de revistas planetarias y asimismo ejerciendo como editora. Se la considera una Influencer importante en El Brasil. Ha trabajado para magazines internacionales destacados y cómo no: también, ha gestionado las redes sociales en el micro-mundo del automovilismo deportivo.
Desde 2017 se le ha visto en los circuitos y a partir del año 2020 se declaró como la enamorada oficial (novia o algo así) de Max Verstappen, que es nueve años más joven.
La anécdota que le gusta a las publicaciones color de rosa o a las amarillas, como casualidad, no es lo que le concierne a este material. Sí, en cambio, el asunto de las estirpes.
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Debe de recordarse cómo es que cuando se interesa alguien en la cruza de animales para domesticar, sean caballos o canes, es básico contar con los pedigrís. Está más que probado que cuando se emparejan cualidades equis, se obtienen crías y resultados que no son ye.
Los pájaros de plumajes semejantes han de volar juntos.
Y si la lógica, tiene algo de esto: Kelly Piquet ha llegado para enriquecer los activos de la familia Verstappen.
Jos Verstappen el padre de Max fue piloto de la F 1, sin pena ni gloria. Corrió entre los años de 1994 y 2003. Lo más que logró fueron dos podios, siendo el tercero al llegar a la meta en ese par de ocasiones.
En cambio la madre del actual campeón, la belga Sophie Kumpen, sí que tiene un historial brillante en el mundo de los karts y de los rallyes, igual que lo posee su familia.
Vale puntualizar como detalle mínimo, señalando que Max nació en Bélgica y que el papá, tuvo que forzar un poco la cosas para nacionalizarlo neerlandés. Jos, pensaba que era más rentable que su hijo corriera defendiendo los colores de Los Países Bajos y, tal parece, que no se equivocó. La «armada naranja» como fenómeno de la nueva afición, en la asistencia a los circuitos, es innegable.
Lo que con esto se cuenta, es que se quiere poner de relieve la aportación de los linajes: Kelly trajo a la vida de Max, no sólo el descubrimiento de una mujer hecha y derecha, que es muy sustancioso.
Aportó también la naturalidad de traer consigo las poses y la pompa de la nobleza del volante.
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COMÚN Y CORRIENTE
Max Verstappen es un muchacho más, que cuando caminaba por los meandros entre las pistas, podría pasar como otro de los mecánicos de cualquier equipo.
Al ser la pareja de una dama de alcurnia Piquet, es y parece, un verdadero monarca.
Fuera de las carreras, la vida de Max era como la de casi todos los mortales.
Ahora, gracias a la impertinencia de «Almirante» que le obsequió la sangre brasileña de un tri-campeón, a través de la sabia a su hija, obliga a echarle de comer aparte al rey del año 2021.
Es cosa del misterio de la fidalguía:
¡A Mil Por Hora!