MÉXICO GP 1 9 8 9

RELACIÓN CON EL PRESENTE

Nunca hubo tanto dinero metido en la Fórmula 1 como en esa década que terminaba y al comienzo de la siguiente.

Faltaban años para que las burbujas que iban a afectar a la economía del planeta, se poncharan.

Bernie Ecclestone ya sabía todo lo que había que saber sobre el negocio de las carreras y no hacía, sino acrecentar los bolsillos de los más expertos y ni se diga, los de él.

Lo dice todo, el hecho de que se inscribieran más de 40 coches al inicio de la temporada. Los patrocinadores disparaban con sus carteras apuntando a todo lo que se moviera: había entrenamientos casi sin limitaciones y las corporaciones de la velocidad iban discurriendo que la tecnología pareciera una noción que no iba a tener fin.

Hubo un paréntesis posterior que este tiempo anunció: la aparición de un nuevo tipo de héroe que encarnó de maravilla Michael Schumacher y dejó como algo obsoleto, a los grandes pilotos de antes de su época. 

Un atleta. Un hombre de negocios excepcional (acompañado por su gente, por ejemplo Willy Webber, quien era su representante) y un centro de magnetismo implacable: de manera que alrededor de él, girara una máquina de ganar carreras, puntos y campeonatos. Además de millones y millones de dólares que salían despedidos en todas direcciones.

Ya no sería en adelante un héroe de la velocidad, ni un deportista triunfador lo que se iba a admirar: sino un manía. La "schumachermanía", que hasta se dio el lujo de dar paso a la "alonsomanía". 

La figura. O mejor dicho, la caricatura de alguien con Flavio Briatore retrata a la época: un facineroso de siete suelas, el personaje más encumbrado.

De ser un empleadito de Luciano Benetton, acabó por actuar como uno de los señores del Paddock. Sin más habilidades, que las enormes de las que dispuso para trepar. Un tábano profesional.

Lo interesante ha sido lo que ocurre cuando llega la gran crisis de las finanzas. La quiebra de los bancos. El año 2008 y sus secuelas.

A la luz de las dificultades de ese volver a empezar, casi imposible. Aparece Mercedes Benz. Surge Lewis Hamilton y llega Liberty a gestionar el negocio.

Una señal de que la Fórmula 1 era una disciplina bien nacida. Ya que parece haber remontado el vuelo otra vez y su destino, da la sensación de que será afortunado.

A esa fortuna se debe que haya carreras en los años dos mil y que México, esté entre las sedes que desfilan por el planeta.

Es muy importante cuidar la reputación.

Sin duda; también, el aficionado tiene compromisos que asumir.

VERSIONES DE: Ángelo della Corsa © 2018

SUBIR