MÉXICO GP 1 9 8 6

RELACIÓN CON EL PRESENTE

Ya hecha la cuenta de los GP en México de 1963 a 1970, lo mismo que al comenzar con esta nueva época de carreras: salta a la atención el hecho de que en cada tiempo histórico –al menos, de modo muy evidente en la Fórmula 1– las grandes hazañas son despachadas por tres o cuatro protagonistas: Jim Clark, Jochen Rindt, Jackie Stewart , Jack Brabham en la serie de carreras previas.

Mientras que, de 1986 a 1992, la esencia giró alrededor de cuatro ases indiscutibles: Ayrton Senna, Alain Prost, Nigel Mansell y Nelson Piquet.  

No debe de causar extrañeza por tanto, que en las justas del presente: los lauros, el éxito, los comentarios y casi toda celebración recaiga sobre Lewis Hamilton, Sebastian Vettel, Fernando Alonso y acaso en Kimi Raikkonen.

Todos ellos, han sido y son la punta del Iceberg. Bien.

En toda narración que se ostente como valiosa y verosímil se hace indispensable que aparezcan y actúen con toda su fuerza los antihéroes. Adjetivo nada peyorativo porque sin ellos, carecen de color las gestas de los héroes.

Sin Sancho Panza no hay Quijote de la Mancha que valga; lo mismo que sin el querido doctor Watson, Scherlock Holmes desangra; o bien claro está cómo es que Stephen Dedalus le da aliento al Leopold Bloom, en la obra genial y casi inaprehensible de James Joyce.   

Pues en la Fórmula 1 se hace y se va a seguir haciendo muy necesario destacar la grandeza de: Stirling Moss, Jonh Surtees, Denny Hulme o Graham Hill.

De manera primordial en otro aspecto unánime, la figura colosal de Pedro Rodríguez, el Ojos de Gato.

Ineludibles luminarias de los años sesenta con su épica inolvidable, que si no dejaron registros más altos ha sido porque las circunstancias fueron injustas o porque llegaron a destiempo, tal vez un poco fuera del lugar exacto para ser los primeros en la gloria.

Por la época de los GP, de los que ahora se empieza a dar cuenta, es el caso de: Gerhard Berger, René Arnoux, Elio de Angelis o de Riccardo Patrese quienes si apuramos un poco el absurdo “hubiera”, ellos, podrían haber estado en los altares en vez de alguno, o de todos los cuatro más reconocidos.

Pues para el presente vale lo mismo en los casos de: Jenson Button, Nico Rosberg, Daniel Ricciardo y Valtteri Bottas.

Entonces, incidir todavía más en lo que se quiere decir: si los más grandes y sus rivales por excelencia, son básicos para el devenir de esta disciplina ¿qué decir todavía del resto, ese grupo visto como la comparsa?

Pues casi nada. Son el fundamento. Hay que pasar por esa criba y superarla.

Son casi mil los nombres de pilotos en la F Uno, de los cuales sin su aportación, sencillamente, no habría tal fórmula.  

Esto es elemental para que el espectador de estos días, le dé el valor imprescindible que tiene al hecho de fijarse en todos y cada uno de los participantes.

Y rendirles los debidos honores.

VERSIONES DE: Ángelo della Corsa © 2018

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