MÉXICO GP 1969

RELACIÓN CON EL PRESENTE

Basta con asomar un poco a las biografías de los personajes de los días de antaño y los de hoy para entender y amar más a este tipo de carreras.

Mientras que los pilotos de los días idos, que aquí se enumeran, vivían un primitivismo bárbaro: dormían como podían, se entrenaban como su instinto se los hacía ver; con su nutrición que era cosa, más de los antojos. Esos viajes que implicaban un desgaste brutal para llegar de una carrera a otra. Fumaban, y andaban detrás de las mujeres que tenían más cerca.

Y lo peor: que se veían supeditados a correr con el coche que consiguieran rentar o en el que les ofrecieran: que a veces era una trampa mortal. 

Por otra parte, los dueños de los equipos, tenían que tronarse los nudillos para poder tener los autos a tiempo; innovar más a base de ensueños; ir copiando en lo que se podía y esperar a que un patrocinador los apoyara con lo que buenamente quería.

No era un deporte para lograr dividendos. El único fruto que se veía, consistía en las ramas de laurel.

En cuanto a que hoy, las alineaciones están aprobadas antes de empezar las campañas; los presupuestos hechos con sólida precisión y las reservaciones de los viajes así como de los hoteles en regla perfecta. La tecnología está basada en patentes y confirmada con la información que corre por las computadoras con millones de datos.

Todos, sujetos a un plan de negocios de mediano y largo plazo.

Pero sin nada porque preocupar. La realidad está prevista de manera que, los 300 o 500 miembros del equipo, pueden darse el lujo de dormir a pierna suelta.

La Fórmula 1, se encarga de la Fórmula Uno…

…Y no hay que andarla inventando cada semana.

Pero más que nada, se encimó la importancia de la difusión por parte de los medios comunicativos. No tardó en aparecer como protagonista absorbente la televisión, que cambió la manera de gozar las pruebas del vértigo.

Ahora, todo tiende a la “virtualidad” en vez de hacerlo a la virtud.

Sin embargo. La gente de ambos lados de la realidad, vive frustrada, porque la victoria únicamente busca y localiza a los privilegiados.

Hagan lo que hagan, su suerte está como si corriera en el lomo de un venado a más de 350 Kph.

El misterio del triunfo y la inmortalidad, a todos, nos somete a su imperio.

Hoy, se viven y se pueden sufrir estas carreras con la misma pasión con que se sobrellevaron ayer. Es cosa se echar por delante la imaginación.

“Que la importancia esté en tu mirada, y no en el objeto contemplado, Natanael”. Decía André Gide en Los Alimentos Terrestres.

VERSIONES DE: Ángelo della Corsa © 2018

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