MÉXICO GP 1966

CRÓNICA

Era la justa final de una temporada compuesta por nueve GP.

De ésas de las que se guardan en la memoria por las batallas que se libraron en la primera media parte entre Richie Ginther con Honda, Jack Brabham en un coche de su creación y John Surtees a quien ya se había visto con Ferrari cuando fue campeón (dos años antes) y ahora, venía en un Cooper que ni mandado hacer para jugar en México, por el enorme reto que significaba vencer las inconveniencias de tanta altura sobre el nivel del mar.

Muy bravos también, Denny Hulme en el segundo coche de Brabham y hasta Jackie Stewart con su BRM, a pesar de que había largado desde el décimo puesto.

El caso fue que de entre los primeros, parecía que cualquiera podría ganar.

Sólo el inglés, de los tres por delante en la batalla, trabajaba con las clásicas gomas Dunlop; mientras que el norteamericano y el de Australia se inclinaban por las de GoodYear.

VERSIONES DE: Ángelo della Corsa © 2018

Era notable cómo la Fórmula 1 iba madurando ya que entraba, con esta justa, al centenar y medio de pruebas vividas. La Carpa estaba formalizada, muchos de sus miembros cargaban a cuestas más de un década de experiencias: técnicos, mecánicos y fotógrafos entre otros.

Interesante desde el punto de vista de la tecnología ver ahora las motorizaciones con tres litros de cabida como máxima autorizada; aunque se dejaba jugar a algunos con menor capacidad en sus impulsores (2.8 o dos litros, y también los de 1,900 cc).

Enzo Ferrari no quiso hacer el viaje. Los demás equipos sí estaban presentes y la gran curiosidad estaba más que despierta por ver si Honda repetiría su épica.

Las razones de Drake* para rehuir a la cita, tenían que ver con que los de Maranello ya veían el campeonato perdido. No era fácil ni barato hacer estos periplos. Y el pretexto ahí estaba: sólo llegó con un auto al GP de los EUA que manejó en solitario Lorenzo Bandini; porque la planta fabricadora de Módena se estaba agrandando.

Pero ni duda que era el tiempo del arte tecnológico que llegaba, más que nada, de la mano de la gente venida de Oceanía, como fue el caso de Jack, de Bruce y de Hulme que estaban muy interesados en los avances de la época. 

En fin. Se pudo ver que, Lotus y Cooper registraron tres unidades.

Dan Gurney llegó con dos Eagles americanos, montando diferentes motores: uno de Climax que él manejó mientras que dejó a su paisano Bob Bondurant el otro, con planta de Weslake, de 12 cilindros.

Temperamental al inicio, y no más.

Honda tenía dos autos listos para buscar otro milagro. Pero ya no redondearon una semana de carreras como antes lo hicieron. Sus  adelantos estaban neutralizados.

Cooper-Maserati, fue el coche de la combinación que sacó la ventaja estadística, la fábrica colocaría a John Surtees y Jochen Rindt, como de costumbre, con un tercer auto que finalmente llegaría a América del Norte para el corredor mexicano Moisés Solana.

Jo Bonnier y Jo Siffert conducirían en privado, también unos Cooper.

Mike Spence tenía su habitual Reg Parnell Racing Lotus e Innes Ireland estaba de vuelta con Bernard White Racing.

Entre lo más llamativo era la aparición por aquí, de un coche de Bruce McLaren de quien ya se sabía que era muy buen mecánico. Él y sus unidades anaranjadas (o más bien, color papaya) pasarían a ser parte del imaginario colectivo de las carreras; con aquel símbolo de uno de los pajaritos neozelandeses llamados kiwi, que se posaba dichoso en el carenado. Dos novedades más, Bruce usaba maquinaria de Ford, si bien en Brands Hatch había jugado con un motor de Serenissima; además, calzando los cauchos de Firestone, como lo hicieron también los Lotus de Colin Chapman.

El viernes por la mañana se hizo una prueba como de calificación-no-oficial para permitir a los equipos probar mezclas de combustible, que debían refinarse para suplir la falta de oxígeno. Fue una práctica normal.  La mejor parte estaba programada para comenzar a la una de la tarde, y terminar hasta las cinco. Como lo hicieron de nuevo, el sábado por la tarde.

Los líderes mejoraban el récord del circuito establecido por Gurney durante la carrera de 1965.

McLaren había tenido muchos problemas con su motor Ford V-8. A Solana le tuvieron que ajustar de nuevo, los engranes de la caja de su auto; pero caminaba muy rápido.

Pedro Rodríguez se hacía con el récord para la vuelta, al principio de los ensayos. Luego Brabham lo superaba. Surtees declaró al final del sábado estar muy contento con su unidad.

Para el sábado, muchos carros cambiaron sus frontales, con el objeto de mejorar el enfriamiento. En Cooper probaron un motor de carrera, para calificar.

Antes de comentar sobre la carrera, vale decir que el dueño de la PolePosition fue John Surtees con su Cooper-Maserati, compartiendo con Jim Clark la primera fila.  Eso de los perros ya era marca de México, esta vez ha sido Innes Ireland quien tropieza con uno. Jochen Rindt parecía el más peligroso.

*Otro de los apodos de Enzo Ferrari, El Comendador. 

VERSIONES DE: Ángelo della Corsa © 2018

El escocés ya se había quedado con la PP en tres ediciones –desde el primer GP en 1963 hasta la del año previo– con esto, aún más, se reconoció la valía de Surtees quien había sido un enorme corredor de motocicletas.

Sin embargo Clark, no largó como era esperado y enseguida dejó el protagonismo a terceros. Al final del primer giro, el escocés pasó por la tribuna principal colocado en el sexto lugar y todavía cayó dos sitios más.

Jim Clark se había visto desplazado al segundo lugar en las calificaciones, por Surtees. Pero fue Ginther con su Honda quien se los comió.  Era puntero, y detrás de él, el orden decía: Rindt, Brabham, Hulme, Surtees, Clark, Steward, Pedro, Bucknum, Siffert, Solana, G. Hill, Gurney, Bonnier, Bondurant, Ireland, McLaren y Arundell.

Don Pedro Rodríguez iba haciendo una señora carrera: era séptimo hasta la vuelta 8; sexto, hasta el 22º giro. Quinto del 23 al 26. A partir de la 27ª lap, ya iba en el cuarto sitio. Y el tercero desde la 33, hasta la 49.  

La tribuna se llenó de ilusiones y no paraba de gritar cuando por esa vuelta # 33 Pedro se metió al tercer lugar, detrás de Surtees y de Brabham; un gusto que duró 17 giros hasta que se le trabaron los engranes de su transmisión.

Bien cierto fue que aparecía brillante una nueva figura: Jochen Rindt  (con otro de los Cooper) que si bien en la parrilla era el quinto, muy pronto se le pegó a Ginther y lo persiguió con tenacidad hasta el giro 32º cuando el austriaco abortó su carrera con la suspensión averiada; pero ya dejando constancia de la ferocidad de los motores Maserati que impulsaban a los Cooper.

VERSIONES DE: Ángelo della Corsa © 2018

La prueba fue muy buena e interesante también por esas peleas que hubo hasta la mitad del GP mexicano y luego siguió bien reñida y peliaguda, hasta que cayó la bandera al cruzar por la meta, en el giro final.

Richie Ginther, con en el Honda que se vio en la punta de la carrera, tal como lo había hecho en 1965. Jochen Rindt* fue otro corredor muy fuerte que comenzó a llegar al segundo lugar con Brabham tercero, mientras que Denny Hulme también logró adelantarse a los titulares de la primera fila.

Jack Brabham se apareció en la segunda vuelta, y lideraba, mientras que Ginther comenzó una caída gradual, aunque se mantendría por delante de Clark, cuya caja de cambios se deshizo casi desde el principio.

Surtees pronto se subió más allá de su compañero de equipo, Rindt y desde el segundo lugar no paraba de hostigar a Brabham, amenazando con pasarlo. Hacia en el sexto giro pudo y ya no aflojó.

Ahora, el perseguidor era Jack, el australiano. Así se fueron 59 vueltas.

Al final, quedó detrás por siete segundos.

Surtees lograba su ansiada victoria en México que antes se le negó. Fue tanto su dominio después de superadas las primeras batallas, que alcanzó una ventaja de 12 segundos por delante de Brabham, quien por cierto, era el único que no había sido “lapeado”. 

Denny Hulme trabajó duro hasta que se hizo con el podio; lo que logró en su rebase en la última vuelta, sobre Richie Ginther. El norteamericano sobre su Honda, se vio en la punta en el primer giro de la carrera, y debió de haber pasado por la mente su hazaña del año previo.

Así, cerraron la apasionada cuarta prueba mexicana.

*RINDT. Único campeón post mortem. Se mató ensayando para el GP de Italia de 1970

VERSIONES DE: Ángelo della Corsa © 2018

A Moisés Solana ahora le habían conseguido un coche Cooper T-81 como el del ganador; pero con tan mala pata, que no llegó ni a las diez vueltas cuando su auto ya fumaba, recalentado, con los radiadores escupiendo furiosos.

Pedro Rodríguez, en cambio, montó un Lotus 33 que no era el modelo más reciente; pero se desplazó muy bien: largó desde el 8º cajete y a la altura del giro 27º, ya rondaba por el cuarto lugar.

Era un adelanto de la proeza que firmaría poco de dos meses después, ganando en Kyalami.

Las batallas previas ya habían determinado que los laureles serían para Jack Brabhaman con su coche Brabham-Repco (por primera y única vez en la historia de la F1 piloto y constructor eran uno y el mismo).

El australiano ya venía como dueño de la monarquía de 1966...

De paso decir, que era la tercera vez que Jack se consagraba como amo del mundo; antes fue en las campañas de 1959 y 1960, cuando todavía no llegaba la F1 a México.

RECORDS
John Surtees firmó en total seis victorias: dos en Alemania, una en Italia, otra en Bélgica (éstas cuatro previas con Ferrari); la mexicana, fue sobre el Cooper y con la cual que cerró su flamante historia –otra vez en Monza– pero por entonces con un heroico Honda, con gomas de Firestone ¡valga la paradoja!

Por su parte, Richie Ginther selló su tercera y última vuelta más rápida en carrera; ya no volvería a participar en la F Uno.

Innes Ireland, se despedía después de 50 GP; sólo triunfó una vez, y fue en Watkins Glen en 1961. También corrían su último GP: Peter Arundell, Ronnie Bucknum y Bob Bondurant.

Cooper ganaba por 15ª vez pero ya no volvió a registrar más PolePositions. Honda, se hacía con su primera vuelta más rápida.

Y los motores Maserati: llegaban a las 10 carreras ganadas.

El británico John Taylor se había matado este año en el GP de Alemania sobre un Brabham –tres carreras antes de la mexicana– con la pista húmeda en el NurburgRing: tocó contra el belga Jacky Ickx con un Matra de la F2.

Esto fue a poco metros de la largada y ahí acabó su vida. Era apenas la quinta largada de Taylor.

Pues aquí es que va a resultar muy oportuno decir que gran parte de la pasión que despierta este tipo de carreras se debe a los pilotos muertos en las pistas.

En aquellos años caían como pajaritos, uno detrás del otro... 

...Así fue que la afición lloró a Ascari, a von Trips, a Ronnie Peterson, a Gilles Villeneuve. Mucho más tarde al mismísimo mágico, Ayrton Senna.

Y ¡cómo no! a los tres héroes mexicano del pilotaje de alto calibre: Ricardo Rodríguez, Moisés Solana y Pedro Rodríguez.

Que rondara la muerte tan cerca de ellos, era lo que enardecía. Lo que llenaba de emoción

Para todos ellos: SARAVÁ.

VERSIONES DE: Ángelo della Corsa © 2018

Cuando Jochen Rindt corrió por segunda vez en México, se trataba tan sólo de su 19ª arrancada, pero todavía no alcanzaba algún triunfo.

Habría que esperar hasta 1969 con un Lotus fenomenal y ni se diga un año después, en su temporada de gloria eterna.

Usted se preguntará ¿cómo es posible que un piloto con tan poco rodaje haya sido tan importante?

Vale la pena revisar su palmarés, no sin decir que era su valentía; ese gusto por ir tan cerca de los límites y luego sobrepasarlos.

Por ello, él, junto con otros grandísimos del pilotaje son los héroes del aficionado por siempre y para siempre. Mucho más importantes que los grandes de la política o de los negocios. 

Entonces, traer aquí a colación el recuerdo de Jim Clark (quizás el más grande de siempre). 

Ni hablar...

Jochen, largó en 60 carreras durante las siete temporadas en las que corrió en la F Uno.

Al servicio de tres equipos (13 GP con Brabham, 28 con Cooper y las 19 finales con los Lotus de Colin Chapman -su manager era Bernie Ecclestone, fíjese qué chiquito es el mundo- el caso es, que ganó sólo 6 carreras (el 10% de las posibles); marcó 10 PP (el 16.67%); y facturó 3 vueltas más rápidas en carrera (5%); más, el ascenso a 13 podios.

Estuvo durante 1,903 kilómetros encabezando las acciones en pruebas válidas y recorrió 13, 508 kilómetros en toda su vida; pero ¡A Mil Por Hora!

Y... ...con lo que tuvo para tornarse inmortal.

VERSIONES DE: Ángelo della Corsa © 2018

Dicho rápido poco antes: tal como ocurrió el año previo, el campeonato ya se lo había embolsado esta vez J. Brabham, dado que había ganado al hilo las justas en: Francia, Inglaterra, Holanda y Alemania.

Surtees, con su Ferrari ya era incapaz de atentar contra tamaña ventaja, porque iba a la mitad de los puntos al llegar a América. Y quedaban nada más 18 unidades por rescatar: el 50% en los Estados Unidos y lo demás en México.

SUBIR