MÉXICO GP 1963

CRÓNICA

Primer antecedente, oficial, de los Grand Prix de Fórmula 1 en nuestro país.

Esta prueba internacional estaba dotada con un premio en efectivo de tres mil dólares para el ganador.

En cuanto a nuestras carreras de autos: llegó el momento del enorme suceso.

Tuvo lugar hacia la última semana del mes de octubre de 1963; tres semanas después de que se había jugado la fecha previa de la F1, en Watkins Glen cerca de Nueva York, en los Estados Unidos.

Ya después de su visita al Distrito Federal, La Carpa seguiría a East London, en Sudáfrica (en el circuito Prince George) donde caería el telón de aquella temporada, el 28 de diciembre del mismo año.

VERSIONES DE: Ángelo della Corsa © 2018

Vale decir que a Mexico ya había llegado resuelto el negocio de la corona del año, porque se la puso en la cabeza el “Escocés Volador” Jim Clark desde la carrera anterior, con su fabuloso Lotus-Climax.

Eso, no impidió que le pisara al acelerador con toda la fe del mundo ya que dominó la prueba de punta a punta, tomándose una ventaja increíble de más de un minuto y medio sobre quien más se le acercaba (por lo cual ganó los nueve puntos). En este caso, era el australiano Jack Brabham con un auto de su propiedad y con un motor de Climax (para llevarse seis puntos, que era los que se daban por entonces). 

El tercero a la meta fue el norteamericano Richie Ginther en su BRM, con maquinaria inglesa de ellos mismos: para llegar 1m 54.7 segundos detrás del ganador (y recoger cuatro puntos. Sólo se premiaba a los seis primeros al llegar).

Desde la largada impuso sus condiciones Clark.

Dejó detrás de sí, de inmediato, a John Surtees con su Ferrari y a Graham Hill en el otro BRM. Por debajo de ellos, habían largado: Dan Gurney con otro coche de Brabham; Ginther y, Bruce McLaren con un Cooper-Climax.

Atacó muy fuerte Chris Amon con su monoplaza de Reg Parnell-Lola pero no llegó a acercarse, en serio, a los primeros puestos.

Había dos héroes locales en elentry: Pedro Rodríguez sobre un Lotus-Climax, y Moisés Solana con un BRM, que se retiraron de la carrera sin terminarla. Pedro a la altura de la 26ª vuelta, por problemas con la suspensión y Moisés en la 57ª, ya que había reventado su motor.

Clark marchó campante, casi sin despeinarse.

En los primeros giros, en las graderías fueron testigos de cómo Jack Brabham fue escalando posiciones, ya que había arrancado desde la décima posición y en la 4ª vuelta despachaba a Ginther sobre la recta de la meta; luego se ubicó en el segundo lugar al arrebatarle ese escalón del podio a Surtees a la altura de la 14ª y por fin a Gurney en la 33ª.

Mientras que Graham Hill que se recuperó, desde el octavo puesto al que cayó, y ya iba en el cuarto lugar, atacando... ...cuando se detuvo a falta de un giro, debido a las fallas de su BRM.

El sueco Jo Bonnier terminó en el quinto puesto, con su Cooper; mientras que Gurney hubo de quedar conforme con la sexta plaza, debido a un problema del flujo de gasolina, faltando tres vueltas.

En cambio, John Surtees (que iría a ser el campeón un año más tarde con su Ferrari) era descalificado desde la 19ª lap por recibir ayuda fuera de su pit, yendo en contra del reglamento.

Lo más importante ha sido que: se volvió innegable que la sensibilidad de la afición mexicana ya había sido tocada por la magia del nacimiento de un nuevo ídolo que iba a seguir creciendo. Después, Pedro Rodríguez quedaría consagrado de manera tal, que al paso del tiempo su épica no pararía de crecer.

De esta manera Clark con el primer GP de México en su bolsillo y sexto en el año: igualó la marca de Juan Manuel Fangio en cuanto al número de victorias en un año, que pronto rebasó al volver a meterse la victoria en Sudáfrica.

Así fue la primera tarde de una carrera, ya oficial, en México. Si bien, un año antes se había celebrado otra, pero fue considerada de exhibición; como se usaba hacer por aquella época.

En 1963. Al fin de cuentas para la historia, se lograba en esos días que se firmara la novena carrera que había ganado Jim Clark. La 14ª para Lotus. Y la 28ª para un motor de Climax.

Fue un Grand Chelem para el escocés.

Clark volvería a salir triunfante de México en 1967 y marcaría hasta cuatro pole positions(1963, 1964, 1965 y 1967) en este GP mexicano que amó, uno de los más grandes héroes del volante de siempre.

Muy señalada la sucedida un año antes que planeaba por encima de ésta. Aquella noticia funesta, considerada tan grave para el deporte mexicano. 

Fue en la justa considerada no oficial de 1962 (de exhibición) cuando el jueves previo por la tarde en uno de los ensayos, se mató Ricardo Rodríguez el hermano de Pedro, al ir bordeando “la aperaltada”.

VERSIONES DE: Ángelo della Corsa © 2018

Las carreras pasadas fueron aviso de la maravilla de tecnología y de asuntos de la información inmediata que se irían a vivir en el siglo XXI.

Éste que vendrá en 2018: será apenas el cuarto Grand Prix de México de esta era, con la cibernética desatada.

Si bien es cierto, que va a ser el 19º de la historia en nuestro suelo.

Regalará a los privilegiados la gran fortuna de presenciar uno de los máximos espectáculos del deporte de siempre. Dentro de unas décadas lo volverán a saborear como si acabara de pasar.

El deporte llevado a sus mayores consecuencias se parece a la música bella. Parece no decir nada, pero bien que toca en la parte más íntima de las emociones. Hay fragmentos que no se borran.

El Grand Prix de Méxicoen lo que se llamará la XX edición, se escenificaría en el Autódromo Hermanos Rodríguez del 26 al 28 de octubre próximo.

Se esperaban aficionados de toda América Latina…

¡Nadie se lo iría perder!

VERSIONES DE: Ángelo della Corsa © 2018

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