MÉXICO GP 1963

ERA INAUGURAL

Carreras ha habido muchas a lo largo de la historia de los hombres. Desde los primeros días alrededor del fuego recién descubierto, o para comunicar acontecimientos con los dioses y desde luego que también aquellas que se vio pasando por la Grecia clásica igual que desde la fundación de la latinidad. Han sido notables las que llenaban con sus furores el Circo Romano, porque ya se trataba de carros tirados por caballos.

En los albores del siglo XX a poco de desarrollados los primeros coches movidos con motores también comenzaron los pruritos por hacerlos enfrentarse. Parece ser inherente a las ansias del hombre la necesidad de alguno que siempre quiere ser el primero.

Adelantar a los demás.

No es un secreto que hubo Grand Prix mucho tiempo antes de que adoptara la Fórmula 1 este nombre para sus competiciones. Premios muy importantes que se repartían entre los pilotos que jugaban por el triunfo en trazados carreteros, de una ciudad a otra. Así como la aparición de los primeros circuitos y las pistas callejeras.

Lo más común es reconocer en Europa a los países donde era más seguido y hasta con mayor formalidad que se llevaban a cabo las justas de velocidad entre vehículos de cuatro ruedas. Pero debe recordarse que en los Estados Unidos y por ejemplo en Brasil o en Argentina, por sólo mencionar tres países, ya tenían sus “clásicas”.

Lo que se quiere tratar aquí es, que después de la Segunda Guerra Mundial ya con la industria de la fabricación de autos marchando a plenitud, casi se volvía una necesidad organizar que se los pudiera ver jugando carreras entre ellos. Lo deseaba la gente, pero también las empresas ocupadas del asunto.

México tenía una tradición que flotaba en el aire de su Capital y de igual manera en Puebla, Monterrey o en Guadalajara. Y con ello, se dejaba ver que estaba en la misma onda de lo que se hacía en el mundo.

Con mucho sentido de la oportunidad, al ver cómo era que funcionaban los grandes eventos de competición deportiva, como el futbol o el atletismo que ya tenían sus foros mundiales: los ingleses acompañados con todo entusiasmo por italianos, franceses, suizos y alemanes entre otros: muy pronto dieron por organizarse e inaugurar los torneos que se iban a disputar en varios países y que se englobarían en una categoría que quería ser la mayor. Así fue que nació la Fórmula Uno.

1950

Es el año en que se formaliza la primera temporada que se configuró con siete naciones que hospedaron los primeros Grand Prix de la historia de este deporte: Inglaterra, Mónaco, los Estados Unidos de América, Suiza, Bélgica, Francia e Italia.

Desde el primer enfrentamiento entre los autos (que por entonces se hacía con una formación que constaba, a partir de un par de docenas de inscritos hasta casi cien) ya se indicaba que quería ser mundial; los EUA participaban haciendo parte del campeonato con su famosa justa, las 500 Millas de Indianápolis… …Y si bien las reglas se puede ver que apenas eran esenciales, estaban inspiradas en lo que se sabía de las carreras de las épocas previas; pero se aseguraba que se iba a ir precisando su exactitud. Y así fue que ocurrió...

EN LA DÉCADA DE LOS SESENTA
En México ya estaban dadas las condiciones para aspirar a la internacionalización en casi todos los ámbitos. La pujanza del comercio de los carros era clara. Había grandes poblaciones y las distancias entra unas y otras, eran promesa segura de que no pararía de crecer la necesidad de hacerse con un vehículo.

La afición por las justas de velocidad había obtenido su carta de existencia que se redondeó con la celebración de las Carreras Panamericanas. Una prueba en carretera –de larga duración–con carácter internacional, en las cuales se pudo conocer en vivo a los grandes volantes de la época que dominaban por el mundo del vértigo.

Varios corredores autóctonos ya eran famosos y más se destacaba de entre ellos un par que parecía excepcional, eran los hermanos Pedro y Ricardo Rodríguez que andaban por todos los circuitos en los Estados mostrando una fiebre implacable por la velocidad a plenitud; que también prefiguraba la importancia de la tecnología-punta.

El presidente por esos años, que era Adolfo López Mateos, amante de los coches deportivos y buen amigo de los padres de los famosos hermanos, ordenó que se hiciera el autódromo en la Ciudad Deportiva de La Magdalena y con ese auspicio cual base, se armó el resto de la estructura para solicitar y luego recibir en este país el primer Grand Prix. Fue en 1962.

Esta prueba prístina no contó para los resultados del Torneo Mundial porque fue considerada de exhibición. Una carrera “de instalación” que acabó costando muy cara porque a unas horas de celebrarla se mató, ensayando en un Lotus, Ricardo Rodríguez. 

Un día después era dos de noviembre.

Fatal coincidencia con la celebración del Día de Muertos que para la mexicanidad es un símbolo enorme. Desde antes de La Conquista en este punto del globo, se ha reverenciado a la muerte y a todo lo que le rodea; el pueblo se vuelca a una fiesta religiosa y pagana (sincrética) que es remarcable: de manera que estaban servidos los ingredientes para que naciera la idolatría por un héroe del deporte y con las consecuencias obvias que de ahí se desprendieron.

El punto central es que nació la F Uno en México muy bien arropada.

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