Desde la misma tarde del domingo, entre bambalinas, en el Paddock, ya se comenta con preocupación ¿qué será de México en función de los nuevos Grandes Premios por venir?

Se sabe que se firmó por un compromiso que asegura cinco carreras. De modo que la del año que viene (la de 2019) será la última de tal convenio.

Puede que se renueve el trato. Pero es muy posible que no.

Se quiere pretenciosamente que nuestro país sea sede permanente de la F1, como si esta pobre nación fuera Mónaco, Inglaterra o Italia.

No. A fuerza de ser claros, México es un invitado intermitente y así seguirá Per Sécula Seculórum.

Este es un deporte de élite. Un espectáculo global. Un negocio para las grandes marcas y, una demanda de esfuerzos de mucha gente aficionada y de otra que no lo es.  

Los políticos tienen mucho que ver. Los magnates a los que les gustan las carreras, también.

Falta que se pongan de acuerdo y eso, va a estar cada vez más difícil.  

Un nuevo modo de entender el compromiso de la política por acá, hace voltear a que todo tenga que ser "histórico" y por el bien de las mayorías menos favorecidas. Razones, no faltan...

La Fórmula 1 es para las Minorías Más Favorecidas, porque está en su esencia...

Los hombres de negocios en México, por lo general, son adictos a que el gobierno les regale prerrogativas. De manera que se ve  muy difícil que vaya poderse el continuar, con tener aquí más de El Circus.

Si llegara a haber más carreras, sería porque los señores del dinero arriesgan con sus inversiones, para ganar en los beneficios que se produzcan.

Cuidado. El deporte en sí, no tiene como fin último generar plusvalía.

Para hacer de esta actividad lúdica una fuente de ganancias, se necesitan unas acrobacias sin red, de muy alto riesgo. Como se lo hace con el futbol, o con el box, por ejemplo. 

No se ve quién o quiénes serán los barones con este tipo de polendas, como para meterse en tanto lío para que la afición quede complacida.

Han surgido con las recientes carreras, tipos que han hecho de estas oportunidades su agosto, porque les ha tocado en suerte gozar como la autoridad de momento, o como responsables de ciertas áreas estar al servicio de los demás: si deja de haber funciones, volverán a ser lo que antes fueron: hombres sin atributos...  Me alegra mucho, bastardos.

El buen aficionado ya sabe que esta actividad es universal y más le vale que aguante con consolarse por seguirla por la TV.

Cuando ahorre buen dinero, irá a los Estados Unidos, a Canadá o a Brasil para ver una carrera; si hay más, nada tan maravilloso como largar hasta Spa en Bélgica, a Abu Dabi o a Singapur.

La mexicanidad no puede seguir soñando.

¡Le ha costado mucho no estar despierta!   

OPINIÓN MUY PERSONAL DEL EDITOR: Joseantonio Suárez